El Mercurio, titula una de sus editoriales dominicales de este 30 de agosto como el “Museo del comunismo”, celebrando la iniciativa levantada en Washington, Estados Unidos, por la Fundación Víctimas del Comunismo. En sus fundamentos hace gala de un grave desconocimiento histórico, partiendo por el primer hecho: señala que la revolución bolchevique es la primera que da origen a deportaciones masivas y limpiezas étnicas en el mundo moderno.
Olvida las limpiezas étnicas provocadas por el imperialismo del Reino Unido en América del Norte o en la India; la de España en el Caribe o América del Sur; la de portugueses en Brasil y en África o las del Reino de Bélgica y Francia en África.
Sin ir más lejos, el siglo XX, el primer genocidio fue a los pueblos herero y namaqua en Namibia, luego de un intento de rebelión frente a los colonos alemanes. En Australia, alcanzada su independencia formal, el gobierno iniciaba a principios del siglo XX un plan de exterminio en contra de la población aborigen; y a partir de 1915 el Imperio Otomano iniciaba el genocidio del pueblo armenio. Todos ellos, en el contexto del mundo moderno.
Según la propia fundación, su iniciativa tiene fines ideológicos: combatir la mayor aceptación de las ideas comunistas entre los jóvenes de Estados Unidos, donde la Generación Z (de 16 a 23 años) apoyan en un 49% esas ideas según sondeo realizado por YougGov el año 2020.
Esta oportunidad podrían aprovecharla para hacer un “museo de las víctimas del capitalismo” o del “imperialismo norteamericano”, las cuales son muchas más. Podrían partir con los golpes de Estado e intervenciones militares patrocinadas por los Estados Unidos sólo desde 1948: Venezuela en 1948 y 2002; Paraguay en 1954; Guatemala en 1954; Cuba en 1960; República Dominicana en 1965; Brasil en 1964; Argentina en 1966; Bolivia en 1971; Chile en 1973;Uruguay en 1973; El Salvador en 1979; Nicaragua en 1981; Granada en 1983; Panamá en 1989; Perú en 1992; Haití en 1994 y 2004; Bolivia en 2008 y Honduras en 2009. Incluyendo también los golpes blandos en Paraguay en 2012 y en Brasil en 2016.
Sólo en el siglo XXI ha patrocinado las intervenciones militares en Afganistán, Irak y Siria han dejado a miles de muertos, debiendo mencionar también su rol en el Maidan ucraniano en 2014 y la guerra actual entre Rusia y Ucrania. Nunca está demás mirar la paja en el ojo propio antes de buscarla en el ojo ajeno.
Por Javier Pineda Olcay
*La Contra Editorial pretende polemizar con las editoriales de El Mercurio, las cuales son utilizadas por otros medios de comunicación y marcan la agenda pública, generando el “marco” de discusión en muchos casos, a pesar del carácter “panfletario” que progresivamente va adquiriendo este histórico medio de las élites políticas y económicas del país.