Con la fuerza de octubre construimos pueblo organizado – C2A

Por Convergencia 2 de Abril

 

A 2 años de la revuelta social y popular: con la fuerza de octubre construimos pueblo organizado.

La Revuelta social y popular del 18 de octubre del 2019 fue la irrupción de nuestro pueblo en contra de 30 años de sometimiento al neoliberalismo más extremo que se conozca a nivel mundial.

La respuesta del gobierno criminal de Sebastian Piñera, expresión de los intereses de la clase empresarial que se beneficiaron de dicho modelo, fue la más brutal y violenta represión, utilizando a Carabineros y a las fuerzas militares, corruptas y aún no despojadas de su herencia pinochetista, para reprimir e intentar ahogar la legitima movilización de los pueblos de Chile.

Pero la intentona represiva fracasó, los pueblos sostuvieron y aumentaron la movilización de masas en todos los territorios, utilizando todo el repertorio histórico del movimiento obrero chileno: desde asambleas territoriales y cabildos hasta acciones defensivas y ofensivas a través de la violencia de masas.

Dicho proceso tuvo su punto más alto de fuerza con la huelga del 12 de noviembre, donde sectores productivos y reproductivos paralizaron el país, afectando los intereses directos de los empresarios expresados en el gobierno.

La respuesta frente a ello, tras hacer circular falsos rumores de un golpe de estado por derecha, fue un acuerdo para dar una salida institucional al conflicto, que fue firmado por casi todo el arco político desde la UDI hasta el Frente Amplio.

A dos años de dichos sucesos, es importante asumir que dicho intento por institucionalizar el conflicto dio resultado. Ayudado por la pandemia, la lucha social de masas fue en constante reflujo y retroceso, perdiendo caracteres centrales de su potencia como la masividad o el carácter impugnador hacia el gobierno y los empresarios.

Por el contrario, la coyuntura se ha trasladado al debate presidencial donde las ideas anticapitalistas han sido marginadas del debate y en la Convención Constitucional donde el debate se ha movido solo en el aspecto institucional, sin capacidad, hasta ahora, de desborde de los sectores sociales y políticos de las franjas anticapitalistas.

Frente a ello y a dos años de la Revuelta, como Convergencia 2 de Abril creemos que es fundamental, como base y condición de posibilidad de cualquier actuación de la izquierda radical, el reimpulsar la lucha social de masas para así intervenir en el proceso político en curso y en la apertura del nuevo ciclo político que se abre desde la revuelta.

En el mismo sentido, se hace necesario radicalizar el programa político más allá de las fronteras impuestas por la socialdemocracia, empujando hacia una transformación del modelo productivo y reproductivo, con recuperación de nuestros recursos naturales, mayor poder y control de la clase trabajadora sobre la producción, un sistema plurinacional de cuidados y una democratización radical de la vida.

Fue el pueblo y su lucha quien abrió el escenario para impugnar la constitución de Pinochet y su modelo de miseria. Existen franjas dentro de la Convención que son expresión de ese pueblo movilizado, en especial en los Movimientos Sociales Constituyentes que han empujado espacios de participación popular como las iniciativas populares o los plebiscitos dirimentes. Pero es fundamental que la lucha dentro de la Convención esté acompañada de la lucha y presión del pueblo a través de la movilización, como única posibilidad para conquistar mayores avances en torno al programa levantado desde el 18 de octubre.

En lo más inmediato, el aniversario de la Revuelta es el momento para, desde las calles, volver a reimpulsar la demanda por la renuncia y procesamiento del criminal y corrupto Piñera, de su gobierno y de todos los responsables de las graves violaciones a los derechos humanos. La impunidad de la dictadura fue una derrota para nuestro pueblo, y será la de las generaciones futuras si no juzgamos hoy a los responsables. Asimismo, exigimos libertad inmediata a las y los presos de la revuelta, a las y los presos políticos.

Junto a ello, es vital que el pueblo discuta en el seno de sus organizaciones políticas y sociales, cómo enfrentar el escenario que se abre luego de las elecciones de fin de año y con una crisis social y económica en pleno desarrollo.

Dicho proceso de debate y reflexión debe encausarse hacia una unidad y centralización de las fuerzas que son parte de la franja política anticapitalista, para así asumir la tarea de primera necesidad de convertir la fuerza movilizadora en fuerza política organizada y enfrentar el auge del fascismo en Chile.

Aun cuando la movilización haya dado un paso hacia atrás, sostenemos la esperanza de que es solo un momento antes de dar dos pasos hacia adelante. La fuerza del pueblo se mantiene en las ollas comunes, asambleas territoriales, organizaciones barriales, en la articulación feminista, en la organización de los comités de vivienda, en los encuentros de trabajadores y trabajadoras por un nuevo Chile.

Desde el pueblo mismo levantaremos la lucha contra la precarización de la vida, contra este gobierno criminal y corrupto, contra el fascismo y sus secuaces, contra el hambre y el desempleo, por la vida y el futuro, por el socialismo.

 

¡Con la fuerza de octubre, venceremos!

¡Hasta que la dignidad se haga costumbre!

 

CONVERGENCIA 2 DE ABRIL

 

 

Autor entrada: Carlos Alberto

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