Luis Guerrero, Defensor de DDHH
Desde el 18 de Octubre la revuelta popular ha conocido el terrorismo de Estado importado desde Wallmapu a las ciudades, para conmocionar y amedrentar hondamente a la población. Un caso especialmente sensible es el sucedido la tarde del 8 de noviembre de 2019, donde el joven Gustavo Gatica fue lesionado de manera gravísima, arrebatándole la vista de manera irremediable.
Ante este grave caso, el Estado chileno tuvo la gran oportunidad de mostrar un compromiso de respeto a los derechos humanos condenando el hecho y aportando antecedentes para hacer justicia, sin embargo, muy lejos de asumir la responsabilidad por grave vulneración de derechos humanos como otrora se hiciera en el caso del comunero Álex Lemun, Carabineros ha cerrado toda posibilidad de colaboración, demostrando el Pacto de Impunidad al interior de la institución. La guinda de la torta sabe muy amarga: “a nadie voy a dar de baja por procedimiento policial”.
Si se sigue una cronología sencilla, el General Rozas aparece como el gran responsable de que en Chile existan crímenes de lesa humanidad, y funcionarios de carabineros de Chile con su aquiescencia y tolerancia está atentando contra la población, afectando masiva y sistemáticamente los derechos de las personas que ejercen su derecho a la Protesta Social.
El 10 de noviembre, en revista con la Periodista Mónica Rincón, el General Director de Carabineros reconoció ante la opinión pública que la institución que dirige, tendría identificado a quien atentó contra Gustavo Gatica, retractándose de sus palabras días después, para señalar que no estaba identificado quién exactamente le disparó. Sino que, supuestamente se habría referido a que se había identificado a los funcionarios que dispararon contra la población, en el día y sector en que se habría atentado contra Gatica. “Según consigna La Tercera, dicho escrito [del proceso sumarial] elaborado el 9 de diciembre señalaba que 8 funcionarios de la institución usaron escopetas antidisturbios el pasado 8 de noviembre de 2019: Coronel Santiago Saldivia, Teniente coronel Marcelo Bustos, Mayor Jean Hirsch, Capitanes José Cárdenas y Rodrigo Pérez, Suboficial Víctor Fernández, Sargentos Gerónimo Saavedra y Eric Aburto.”
Estos nombres es posible encontremos en futuras sentencias condenatorias de crímenes de lesa humanidad.
El 12 de marzo el Consejo de Defensa del Estado se querelló contra quien resulte responsable de la mutilación sufrida por Gustavo Gatica, las que se suman a las querellas presentadas por abogados particulares de la familia entre los que se encuentra el ex fiscal Carlos Gajardo, y también patrocinada por el Colegio Médico de Chile, y la presentada por el INDH. Todas estas, coinciden en calificar las lesiones sufridas como Graves – Gravísimas.
El 7 de abril de 2020, han salido a la luz pública piezas del expediente sumarial iniciado por Carabineros de Chile para dar con el autor material de los disparos contra Gatica, y determinar la responsabilidad administrativa de quien los ejecutó, sin embargo, en una muestra de absoluta indolencia, ha señalado que “No se descarta que (las lesiones) pudieran haber sido provocadas por los mismos manifestantes”. Esta resolución resulta ser una burla para Gustavo, su familia y el pueblo de Chile que mira con dolor este caso, pues es de público conocimiento que los perdigones que mutilaron a Gustavo fueron extraídos desde sus cavidades oculares, corroborándose posteriormente que pertenecían a Carabineros. Pocas horas les duraría la duda sembrada, toda vez que con la misma fecha Canal 13 exhibió imágenes inéditas que dan cuenta de que las heridas fueron irrefutablemente propinadas por Carabineros de Chile.
Álvaro Ramis, rector de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano, donde Gatica estudia la carrera de Psicología daba en el clavo, al declarar que la pieza sumarial que negaba la responsabilidad de Carabineros de Chile en la mutilación de Gustavo Gatica “da cuenta, nuevamente, de un afán de impunidad institucional de parte de la policía que avala la práctica de violaciones sistemáticas a los DDHH de manera consciente y deliberada”.
El velo de impunidad es frágil, y como pueblo en lucha tenemos el deber de conseguir justicia, pues estamos ante un enemigo poderoso, que no respeta a nada ni a nadie, que impide al personal de salud prestar auxilio médico, que buscar herir y no disuadir, y que después de años sindicando como terroristas a los pueblos que habitan el territorio para justificar las peores prácticas y absoluto descontrol en el empleo del monopolio de la fuerza, demuestra estar firmando con la mano pactos de silencio en favor de los criminales de lesa humanidad que hieren masivamente y mutilan a la población, y mientras tanto, con el codo busca dar libertad a los criminales de Punta Peuco, criminales de lesa humanidad que asesinaron, violaron, torturaron y desaparecieron a pobladores y luchadoras sociales.
Piñera, Chadwick, Blumel y Rozas, son los responsables del período más oscuro que devasta nuestra historia reciente, por acción y omisión en violaciones masivas y sistemáticas de derechos humanos, vale decir, crímenes de lesa humanidad. Pero además de que asuman su responsabilidad criminal, es fundamental para el pueblo hacerse de garantías que limiten los procedimientos policiales, de forma tal que, en caso de que se utilice la fuerza, la acción de Carabineros sea estrictamente necesaria y legítima, respetando los principios de moderación, proporcionalidad y progresividad.