Por Valentina Barile*
«Sólo vuela lo que se atreve a hacerlo». – Historia de una gaviota y el gato que le enseñó a volar.
Perdimos un hombre merecedor de su sal. Un árbol de nuestro planeta, sangre vital de nuestra humanidad.
Un hombre vino desde muy lejos, desde el fin del mundo. Y llevó sus raíces a Europa.
Luis Sepúlveda, escritor, periodista y cineasta, nació en octubre del 1949. De origen mapuche, le gustaba llamarse “reportero de los últimos”.
Su militancia en el Grupo de Amigos del Presidente (GAP), durante el gobierno de Salvador Allende, y sobre todo en el momento del Golpe de Estado – liderado por el jefe del Ejército, Pinochet –, cuando se quedó junto al presidente Allende y otros compañeros en la lucha por la defensa del Palacio de La Moneda, le costó el encarcelamiento y la tortura por el régimen.
Gracias a la ayuda de Amnesty International fue liberado y exiliado por ocho años. En esa época, Luis siguió luchando y viajó por Suramérica hasta cuando se fue a Europa. Y luego a España.
Sus libros maravillosos nos cuentan las historias mágicas del continente que lo dio a luz. Cuentos y novelas que son el espejo de su alma. Naturaleza, lentitud, criaturas del mar y de la Tierra, la lucha para un mundo de amor son los elementos de sus narraciones.
¡Hoy, este planeta es más pobre y más oscuro sin él!
Si pensamos en las rutas que un hombre tiene que atravesar para ser llamado hombre, como dice el texto de la canción de Bob Dylan – Blowin’ in the Wind –, Luis Sepúlveda es un ejemplo en medio de este caos donde hay una humanidad probre de amor, que sueña con el poder, desde el microcosmos hasta el enorme macrocosmos.
Historia de una gaviota y el gato que le enseñó a volar (1996) se queda en la vida de los niños del mundo. Y también la historia de un caracol y de una ballena: Historia de un caracol que descubrió la importancia de la lentitud (2013), Historia de una ballena blanca contada por ella misma (2018), su último libro donde cuenta el activismo de Greenpeace – tripulación de la cual formará parte durante siete años. Historia marginales (2000) que habla del milagro de la vida en la tierras lejanas del Chile y de las rosas de Atacama.
¡Adiós, Lucho! – como te llamaban tus amigos.
Lo siento si te resististe a la tortura y no pudiste hacerlo a este virus feroz de la Sars-Cov-2.
Estamos a la espera de tu libro inédito, Agua mala.
Te dejo con las palabras de Paco Ignacio Taibo en el tema de tu salida: «Viejos escritores rojos nunca mueren».
*Periodista italiana.
1 comentario sobre “Luis Sepúlveda, un hombre chileno”
Felix
(18 abril 2020 -22:57)Tiene que haber sido una persona de admirar