No estamos en la cocina asegurando la porción. Estamos en la calle preparando la olla común con las y los vecinos

Por Paulina

Aportes para el análisis y la acción tras el “acuerdo por la paz”.

El movimiento popular que se está expresando con fuerza en contra de la precariedad de la vida NO está representado en el actual Parlamento ni en los partidos políticos que lo integran.

El movimiento popular reúne a diversas expresiones de las y los trabajadores que habitan este país; estudiantes, pobladores y pobladoras, trabajadores y trabajadoras, con y sin organización sindical, cesantes, vendedores y vendedoras ambulantes, niños, niñas y adolescentes, profesionales e incluso pequeños y pequeñas propietarias de negocios. Es, por tanto, un movimiento del pueblo trabajador en su conjunto y decimos “trabajador” porque aquí no caben quienes gozan de los privilegios de este modelo económico y aquí no están quienes gozan de los privilegios de un estado hecho a la medida de este modelo económico.

Superamos y rompemos los moldes de esta democracia delegada, que manda todas nuestras necesidades al purgatorio del Congreso, del cual no ha emergido un solo cambio estructural en los 30 años del supuesto retorno a la democracia, sino todo lo contrario, se ha profundizado el modelo y nos han precarizado más y más. Asumimos la participación popular y la horizontalidad como nuestros principios de acción. La política NO es un patrimonio exclusivo de quienes se sientan en los sillones del Congreso con sus trajes que cuestan más que un sueldo mínimo. Y así lo hemos demostrado estas últimas semanas en que nos hemos unido y alzado, en un ejercicio profundamente democrático.

El denominado “acuerdo por la paz”, se firma con la intención de contener estas movilizaciones, por el temor de ver amenazado el monopolio de las decisiones legislativas. Pero nuestro movimiento desborda el Parlamento y es más, desconfía y rechaza su actuar, porque nos han dado suficientes muestras de no poder gobernar en beneficio del interés de las mayorías, sino que sólo trabajan para los grandes empresarios, que hasta les dictan los artículos que deben meter en las leyes.

Los partidos de la supuesta oposición se equivocan si piensan que ellos pueden encabezar este “acuerdo de paz”, en una maniobra que ni siquiera consultó a los espacios sociales donde participa su militancia y no incluyó a ningún dirigente social, por último para maquillar el asunto. Cometen un tremendo error al darle un gran alivio al gobierno de Piñera que estaba contra las cuerdas, que se veía sin mayores herramientas tras su fallida reunión del COSENA.

Si pretenden justificarse en que había una amenaza de “destrucción del país”, de que seríamos aplastados por la bota militar, no les creemos.  Este argumento sólo lo usarán para excusar su oportunismo y falta de confianza en el pueblo movilizado. Los altos mandos del ejército rechazaron hace un par de días el ser parte del juego del gobierno, porque saben que hoy no se amenazaba el poder en su conjunto, aun cuando estamos exigiendo demandas estructurales, nadie pensaba seriamente que de esta revuelta popular se iba a comenzar un proceso de destrucción del estado capitalista completo y la construcción de un socialismo. Por otro lado, carabineros estaba desgastado y fraccionado. No se puede descartar totalmente una salida represiva, pero la reflexión de si ceder o no frente a esta amenaza, debe darse desde los espacios organizados del pueblo. Y las últimas movilizaciones parecían indicarnos que no era el tiempo de ceder.

Lo que hay que exigir es la RENUNCIA MARIO ROZAS por su responsabilidad directa en las violaciones a los DDHH y su garantía de impunidad, en el audio filtrado. Esto hubiese sido un nuevo golpe al gobierno, por más simbólico que sea, ya que sabemos que sacar a un director general de carabineros, no implicaba la destrucción completa de esta repudiable institución.

El acuerdo alcanzado tiene serias falencias y es una ganada sólo de la derecha, por los siguientes motivos:

  1. Si bien se abre al plebiscito para definir el mecanismo de cambio constitucional, se le llama “Convención Constituyente” al espacio cuyos integrantes son elegidos en un 100% para esa instancia y “Convención Constituyente Mixta”, al espacio integrado por un 50% de parlamentarios y parlamentarias actualmente en ejercicio, más un 50% elegido por sufragio universal. Aún cuando la primera opción podría tener el espíritu de una Asamblea Constituyente, la derecha gana el gallito al excluir la denominación de la papeleta, solo por no darnos el gusto. Y lo peor es que se induce a confusiones en la población, con el uso de este lenguaje tramposo.
  2. Se instala la lógica de los bloqueos contra-mayoritarios, ya que se exige que los acuerdos de la nueva constitución deban alcanzarse con 2/3 de los votos. En una Asamblea Popular Constituyente, los votos debiesen alcanzarse con la mayoría absoluta de los votos (50% +1) y/o existir la posibilidad de plebiscitar aquellas materias en que exista una controversia sustancial.
  3. Desde la supuesta oposición, se ha dicho que lo importante es que el acuerdo permite el plebiscito para definir el mecanismo y que además, esta se hará sobre una “hoja en blanco”, es decir, se podrían discutir todas las materias que actualmente regula la Constitución (así lo expresaron Giorgio Jackson y Boric) ¡¿Pero qué clase de migaja es esa?! La refundación constitucional, lo mínimo que exigía era poder discutir toda la constitución, la hoja en blanco es lo único que separa una “nueva Constitución” de una “reforma constitucional” e incluso Renovación Nacional -el partido más grande del oficialismo- ya había cedido a la idea de una nueva constitución días atrás, por lo que no hay ningún avance.
  4. En caso de aprobarse la “Convención Constituyente”, a las y los parlamentarios se les pide renunciar a su cargo para ser candidatos y tendrían una prohibición de un año para presentarse a elecciones. No es ninguna garantía ese año de prohibición, seguirán apareciendo en los medios de comunicación que controlan sus jefes, los empresarios y por tanto, seguirán decidiendo y marcando la pauta, las y los mismos de siempre.
  5. No se habla respecto a la participación de la población más joven, esa que nos hizo despertar y que ha sido reprimida y apaleada para que el resto nos moviéramos.

Lamentablemente la complicidad de los partidos de la supuesta oposición, traerá un tensionamiento importante en su interna, pero aún peor, tensionará los espacios de articulación popular en la que estaba desplegándose su militancia, en especial al interior del espacio de Unidad Social, que estaba siendo un actor relevante -aunque no el único- en la convocatoria de movilizaciones, en especial, en la articulación de la Huelga General. Y aquí es donde nacen las tareas del pueblo movilizado.

El movimiento popular debe fortalecer su unidad:

  1. Celebramos que Unidad Social esté rechazando el acuerdo por haberse efectuado a espaldas del movimiento.
  2. Pero el motivo de rechazo no debe ser sólo la forma en la que se alcanzó el acuerdo, sino que debemos ampliar la mirada. El pueblo se levantó contra la precariedad de la vida y contra los abusos, contra el negocio de todas nuestras necesidades. Rápidamente articulamos la exigencia de la Asamblea Popular Constituyente, como una forma de decirle al gobierno que al silencio no volvíamos más y que lo que demandamos es un cambio de modelo. Pero ello no implica olvidar las demandas urgentes y más sentidas de la mayoría de la población.
  3. La asamblea constituyente no puede pretender ser el calmante exclusivo de esta movilización. Es sólo una puerta de entrada a implementar cambios en el modelo económico. Pero no es excluyente de las demandas por: (i) Fin del DL 3500 que regula las AFP e ingreso de un proyecto de ley que establezca un sistema solidario, con aporte tripartito, que reconozca el trabajo doméstico y que sea administrado por un ente estatal; (ii) El ingreso de un proyecto de ley que establezca un sistema único de salud y cuidados, público y con acceso igualitario, así como el aumento del presupuesto 2020 en materia de salud, para inyectar esos recursos directamente a los establecimientos de la red pública; (iii) Lo anterior, unido a dejar de considerar el aborto como un delito, en cualquier caso y la garantía de un acceso gratuito y de calidad a las prestaciones de salud necesarias para abortar de manera segura; (iv) aumento inmediato del sueldo mínimo y NO mediante bonos estatales, a $500.000; (v) Retiro de la reforma tributaria que impulsa Piñera y aumento de los tributos a las empresas que explotan nuestros recursos naturales, así como impuestos al patrimonio y no sólo a las utilidades; (vi) derogación del Código de Aguas y avanzar en una Reforma Agraria Integral; (vii) verdad y justicia, con responsabilidad política en los casos de violaciones a los derechos humanos.
  4. Todo lo anterior NO depende de cambios constitucionales y puede darse tramitación urgente a estas materias, sin que estemos esperando dos años más para si quiera empezar a discutir si se puede o no hacer.
  5. Sí hay que seguir con mayor atención la discusión de avance del presupuesto en el Congreso, pues puede amarrar trabas importantísimas a las exigencias que ahora levantamos e impedir que estas puedan concretarse en el corto plazo.
  6. Debemos fortalecer la articulación de las asambleas territoriales, mediante la articulación de asambleas comunales que tengan 4 tareas: (i) generar contra-información a los medios de comunicación tradicionales; (ii) articular la protesta social; (iii) apoyar el levantamiento de asambleas territoriales en lugares donde aún no existan; (iv) articularse con otras asambleas comunales.
  7. Además, debemos avanzar en un Encuentro Nacional de Asambleas Territoriales, como un símil a lo que fue el Encuentro Plurinacional de Mujeres que Luchan, desarrollado en diciembre de 2018. Donde las asambleas territoriales se conozcan, se articulen y definan la forma de la Asamblea Popular Constituyente.
  8. Debemos permitir la participación de todas las personas y que el voto pueda ejercerse desde los 14 años de edad.
  9. Avanzar en un Congreso Nacional de Trabajadores, que reúna a todas las organizaciones sindicales que estén de acuerdo con convocar una huelga general hasta que se avance concretamente en las exigencias del Pliego del Pueblo, levantado desde el espacio sindical de Unidad Social, para discutirlo, profundizarlo, especialmente desde la participación de mujeres dirigentes sindicales y también para articular la huelga general.

 

NUESTRA LUCHA ES POR UNA VIDA MÁS DIGNA Y NADA HAN DICHO SOBRE ESO, NI EL GOBIERNO NI EL PARLAMENTO.

NI PERDÓN NI OLVIDO PARA LXS VIOLADORXS DE DERECHOS HUMANOS, DIRECTOS E INDIRECTOS.

EL PUEBLO PASARÁ LA CUENTA A QUIENES PRETENDEN TRAICIONAR SU MOVILIZACIÓN.

A SEGUIR LUCHANDO CON MÁS FUERZA

HASTA QUE VALGA LA PENA VIVIR

 

Autor entrada: Convergencia Medios

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