Han transcurrido suficientes años desde el término de las nefastas dictaduras militares que asolaron el continente, con su legado de violación de los derechos humanos y crímenes de lesa humanidad, como para pensar que esta etapa histórica estaba superada. Sin embargo, nuevamente nos estremecen las noticias de intento de Golpe de Estado en Venezuela. Peor aún, las noticias de esta mañana no son un hecho aislado sino que viene a sumarse al cúmulo de agresiones que en los últimos meses se han concentrado en contra de Nicaragua y Venezuela.
Tales agresiones vuelven a desplegar la amenaza de derrocar por la fuerza a gobiernos legítimamente instituidos y que han venido aportando al desarrollo de sus pueblos ejerciendo independencia y soberanía. Como se trata de gobiernos con profunda raigambre popular y democrática, que han sabido informar, organizar y preparar al conjunto de la sociedad para la defensa sus procesos, un derrocamiento por la fuerza no es posible de consumar sin una intervención militar extranjera directa por parte del Imperialismo Norteamericano y sus aliados de turno agrupados en el “Grupo de Lima”.
Estados Unidos no ha logrado superar la mayor crisis económica y financiera de la historia del capitalismo que se origina a partir de 2008, a pesar de haber inyectado miles de miles de millones de dólares en los mercados para generar reactivación. El lento y mezquino crecimiento de los últimos años ha sido caracterizado por destacados economistas (P. Krugman, J. Stiglitz, entre otros) como “crecimiento recesivo”.
En esta situación, el Gobierno Imperialista de los EEUU necesita una guerra no solo para apropiarse de los recursos naturales de sus víctimas, sino como impulso para reactivar su alicaída economía.
El retiro de tropas por desgaste desde Afganistán, su derrota y retiro desde Siria, el triunfo de la diplomacia norcoreana para desinflar la tensión en la península de Corea, el éxito de las negociaciones chinas para desinflar la “guerra comercial”, han aumentado la presión sobre el gobierno imperial que vuelve a apuntar sus armas sobre América Latina.
Venezuela se constituye como el “blanco principal” por sus reservas petroleras y su cercanía geográfica con EEUU; sus reservas acuíferas y de oro; el potencial de su mercado interno; la privatización de empresas y servicios estratégicos en manos del estado; además de la oportunidad de poner fin a un proceso político y social, económico y cultural llamado Revolución Bolivariana ajeno a la injerencia norteamericana y transnacional.
La situación interna en Venezuela es consecuencia directa de las políticas de intervención y sanciones económicas impuestas unilateralmente por EEUU y secundada por sus aliados. Luego de generar escasez de productos básicos y medicinas por bloqueo comercial, embargo de divisas, cancelación de contratos; se orquesta una bien articulada campaña mediática por los medios de comunicación de masas que presenta a Venezuela en estado de crisis humanitaria y a su gobierno legítimamente constituido como una dictadura.
Tal campaña es necesaria para poder justificar lo injustificable: una agresión militar en contra de la República Bolivariana de Venezuela; que de llegar a consumarse pondrá en riesgo la estabilidad regional ante la alta posibilidad de que un conflicto armado se extienda y generalice por varios países latinoamericanos.
ANTE ESTA SITUACIÓN DECLARAMOS:
1.- Exigimos al Gobierno de Chile respeto a la Carta de Naciones Unidas, al derecho internacional, y a la Declaración Universal de Derechos Humanos, entendidos como las normas básicas que se han dado las naciones para evitar conflictos armados y sus consecuencias.
2.- Exigimos al gobierno de Chile una política exterior basada en los principios de autodeterminación de los pueblos, respeto a la soberanía, no intervención en los asuntos internos y propender a la solución pacífica de controversias.
3.- Exigimos al Gobierno de Chile implementar una política de integración latinoamericana, basada en la colaboración recíproca y tendiente al mutuo desarrollo, en lugar de la política de subordinación a gobiernos imperiales y empresas transnacionales, materializado en la firma de tratados de libre comercio que hipotecan la soberanía y el futuro de Chile.
4.- Llamamos a la ciudadanía a no dejarse engañar por la manipulación sicológica de los medios de comunicación de masas y a solidarizar activamente con el Pueblo Bolivariano de Venezuela.
¡¡¡ Latino americanos unidos… podemos impedir la intervención. !!!
No a la agresión militar imperialista Viva el pueblo Bolivariano Viva América Latina
CORPORACÓN MEMORIA Y LUCHA POPULAR – ACAI
Asociación de Combatientes Antifascista e Internacionalistas
Santiago de Chile, 30 de abril 2019