“Es lógico que una teoría y una posición religiosa que vaya al reencuentro con lo mejor de la historia del cristianismo esté en absoluta contradicción con los intereses del imperialismo” (Fidel Castro)
“Esta revolución es socialista y cristiana” (Hugo Chávez)
Por Gonzalo Parada
-
Brevísimo resumen para entender de qué estamos hablando.
En tiempos turbulentos y de incertidumbre la necesidad de reflexionar y reflexionarse a uno mismo son indispensables para la vida del ser humano revolucionario. Necesitamos detenernos, observar, repensar y vernos a nosotros mismos para limar nuestras contradicciones y superarlas.
Dentro de este ejercicio se hace urgente reflexionar sobre las religiones en el mundo neoliberal actual, y más precisamente sobre los movimientos cristiano-evangélicos que se han transformado en una masa política que gana elecciones, elige y derroca gobiernos –al menos en Latinoamérica-.
Antes de cualquier mínimo análisis, es necesario hacer un repaso histórico sobre el rol del cristianismo en nuestra América.
La conquista del continente por los europeos se produjo con la cruz y la espada. La cruz era la ideología que reinó sin contrapeso en la Europa medieval, una ideología cristiana que se había apartado radicalmente del ejemplo y de las enseñanzas de Jesús, el hijo de carpintero que nació en Belén. Fue durante la edad media que la iglesia generó su poder económico a través de “donaciones” de dinero y tierras que en realidad no eran más que las indulgencias que el señor feudal, rey o comerciante daba a la iglesia para que se le perdonaran sus pecados. Esto terminó convirtiendo al clero en una clase social más privilegiado en un mundo de estamentos inamovibles. Jesús, en sus enseñanzas nunca promulgó que una institución basara su poder en el dinero, más aun, en el libro de Marcos Jesús dice claramente al joven rico que diera todas sus posesiones a los pobres y que lo siguiera, no le pide que se las entregue a él. El clásico ejemplo de la expulsión de los mercaderes del templo y de la metáfora sobre que es más fácil que pase un camello por el ojo de una aguja, a que entre un rico al reino de Dios expresa claramente el pensamiento de Jesús sobre la cuestión del dinero y la riqueza. Cuando algunos discípulos le preguntaron si consideraba justo pagar tributo al gobierno, Jesús manifestó: “Pagad pues a César lo que es de César, y a Dios, lo que es de Dios” (Mateo 22:21). Nunca hubo la más mínima relación entre Jesús y riquezas.
Esta iglesia medieval para detentar el poder y su gran imperio, que sometía a príncipes y reyes crea su propia policía secreta, La Santa Inquisición, que avalaba la tortura, el asesinato y la extorción con tal de evitar cualquier tipo de desviación ideológica mínima que pudiera cuestionarla. De hecho el pueblo común y silvestre no tenía acceso a la biblia, que solo estaba escrita en latín y solo podía ser leída por los curas, siendo estos los únicos intérpretes de las escrituras. Bíblicamente nunca se muestra a Jesús persiguiendo –él fue el perseguido- a nadie que pensara o viviera distinto a él. Fue Jesús el que se rodeó con prostitutas, cobradores de impuestos, Samaritanos (que eran despreciados por los judíos), pobres, enfermos de lepra que eran apartados de la sociedad y todo aquel que fuera juzgado socialmente.
Este falso cristianismo institucionalizado es el que llega a América con Cristóbal Colón en 1492 con el nombre de catolicismo. El conquistador era un católico fanático, que no sabía nada de Cristo, era un perfecto yihadista que destruía todo a su paso, sin mayor cuestionamiento ni remordimiento, el amor al prójimo no se hizo carne en conquistador alguno. Aun así, bajo estas condiciones siempre hubo católicos que seguían manteniendo la tradición y el ejemplo del cristianismo primitivo, dentro de estos ejemplos es necesario destacar a Fray Bartolomé de las Casas y al Fray Antonio de Montesinos quienes siempre velaron por los derechos de los aborígenes de América y denunciaron los crímenesde los que estos eran víctimas. Famoso es el sermón que en 1511 dio el padre montesinos en Santo Domingo donde denuncia y reprende a los conquistadores españoles: “¿Con qué derecho y con qué justicia tenéis en tan cruel y horrible servidumbre a estos indios? ¿Con qué autoridad habéis hecho tan detestables guerras a estas gentes, que estaban en sus tierras mansas y pacíficas donde tan infinitas de ellas, con muerte y estragos nunca oídos habéis consumido? ¿Cómo los tenéis tan opresos y fatigados, sin darles de comer ni curarlos en sus enfermedades en que, de los excesivos trabajos que les dais, incurren y se os mueren y, por mejor decir, los matáis por sacar y adquirir oro cada día? Y ¿qué cuidado tenéis de quien los adoctrine y que conozcan a su Dios y creador, sean bautizados, oigan misa, guarden las fiestas y domingos?”.
Doy estos ejemplos para visibilizar que el cristianismo tal como el hombre de Nazaret lo encarnó siempre ha estado al servicio del pueblo pobre y oprimido, siempre ha estado contra las injusticias, pero ha sido arrebatado históricamente por oligarquías que a través de él han detentado su poder. La biblia en el libro de Proverbios 29:7, dice:” El justo se preocupa por la causa de los pobres, pero el impío no entiende tal preocupación”. Esta frase podría perfectamente reflejar el pensamiento del Che, pero se encuentra en el libro escrito por Salomón.
Con el pasar de los siglos encontramos a curas que se levantaron en armas contra el imperio español por defender la causa de los indios masacrados y de los mestizos explotados, fue así como la independencia política de México se lleva a cabo a través de revolucionarios como el cura Hidalgo y el cura Morelos que ponen su cristianismo a disposición de los oprimidos.
En la Colombia de los años sesenta aparece un joven cura llamado Camilo Torres Restrepo que decía: “Después de la Revolución los cristianos tendremos la conciencia de que establecimos un sistema que está orientado por el amor al prójimo.” La razón de ser del cristianismo es ponerse del lado de los oprimidos para liberarlos, no solo espiritualmente, sino que materialmente.
Si avanzamos rápido por la historia continental veremos que en las conferencias episcopales de Puebla y Medellín la iglesia toma la opción por los pobres y su causa, por ser una iglesia que esté junto a los padecimientos y luchas del pueblo latinoamericano, digamos que en este contexto la disputa al interior de la iglesia la estaban ganando los curas de avanzada progresista, que desplazaban siglos del conservadurismo de los grupos dominantes. Fue tan relevante el desarrollo social de la iglesia Latinoamericana que ésta da a luz una nueva teología, la teología de la liberación que a su vez genera que los feligreses sean protagonistas en los procesos sociales que se estaban desarrollando en sus respectivos países, es así como en Chile surge el movimiento “cristianos por el socialismo”. Esta teología influyó en gran medida en la revolución sandinista donde curas insignes como Ernesto Cardenal participaron en primera línea de ella. Hay mártires y santos que estuvieron al lado de los pobres como el Obispo Romero asesinado por un escuadrón paramilitar en el Salvador y el padre Alberto Hurtado, catalogado por la derecha chilena como “el cura rojo”, se hace necesario nombrar a los cientos de católicos que estuvieron en el movimiento Iglesia Joven con Clorario Blest, y los curas más insignes que pertenecieron al MIR como el caso de Rafael Maroto y Antonio Llidó (este último asesinado en dictadura). La iglesia chilena también se hizo cargo del problema de la tierra participando de la reforma agraria principalmete con el Obispo Manuel Larrain de la diócesis de Talca y el Cardenal Raúl Silva Henríquez.
Con la llegada del papa Juan Pablo II, y Ratzinger al mando de la Congregación para la Doctrina de la Fe (una especie de inquisición moderna a la interna del catolicismo), viene la ola de restauración conservadora dentro de la iglesia que barre con los obispos y curas que propagaban la teología de la liberación y a su vez se comienza a eliminar la iglesia obrera que había construido un tejido social en las poblaciones, barrios y favelas de nuestro continente. La iglesia católica se aleja de las clases subalternas y se acerca a las oligarquías y dictaduras del continente con órdenes religiosas como el Opus Dei (que se hace fuerte en todos los países en los que hay dictadura, donde Escrivá su fundador corría a dar sermones) y Los Legionarios de Cristo. Además es importante decir que son las órdenes conservadoras las que históricamente han estado más ligadas a casos de pedofilias, basta con nombrar al psicópata de Maciel, fundador de los Legionarios, y a Wojtyla como uno de los más grandes encubridores.
Con Juan Pablo II la iglesia católica comienza a abandonar el tejido social que había construido en los sectores populares, es en ese momento donde el mundo evangélico se comienza a apoderar de este con mayor fuerza a finales de la década de 1980 donde las dictaduras llegan a su “fin” en Brasil, Argentina y Chile y las políticas neoliberales se comienzan a implementar gradual y radicalmente (como el caso Chileno). Ante este escenario las izquierdas rebeldes quedan desorientadas en su eje político, estamos hablando del mundo de Reagan y Thatcher y de la caída de los socialismos reales. Al igual que el catolicismo – y en esta debacle mundial para el marxismo- la izquierda se comienza a retirar de las poblaciones y es el movimiento evangélico el que le da una nueva identidad y sentido de pertenencia a las clases proletarias e incluso llega a lugares donde la izquierda nunca pudo llegar –o no quiso llegar- como el lumpen, los hacen parte importante de su mundo y muchos de ellos incluso son rehabilitados de las drogas y el alcoholismo. Los evangélicos comienzan a crear el Hombre Nuevo, pero no en el marxismo, sino en Cristo.
-
Para iniciar un debate postergado.
La izquierda debe tener claro que las tres religiones monoteístas son por esencia políticas y han movido sus fichas en el tablero mejor que nosotros, no por nada se han mantenido cientos de años en el poder con bastante éxito.
El islam como religión creó y organizó estados donde solo había pueblos nómades en el desierto, no por nada hasta el día de hoy maneja la política del Gran Oriente Medio, en sus distintos matices. Que mejor ejemplo que este para precisar que la religión es un espacio en disputa que suma o resta en la correlación de fuerzas mundiales dependiendo de quién logre generar vínculos y programas con ellas. Arabia Saudita un estado monárquico islámico-sunita de ideología wahabita, aliado de Estados Unidos, promotor de la guerra en Yemen y aliado del sionismo. En contra posición está Irán con su revolución islámica de corte chiita, antiimperialista por esencia. El cristianismo también tuvo sus estados confesionales en la historia, sin ir más lejos los reyes católicos de Castilla y Aragón conquistaron América. Y el sionismo que si bien no es lo mismo que el judaísmo, basa gran parte de su política actual en el estado de Israel el preceptos de esta religión, que con Netanyahu avanza a grandes pasos para convertirse en un estado confesional judío.
Religión |
Porcentaje |
Cantidad de personas |
Católicos |
69,95 % |
7. 853 428 |
Evangélicos |
15,14% |
1 699 725 |
Testigos de Jehová |
1,06% |
119.455 |
Agnósticos y ateos |
8,3% |
931.990 |
Dicho esto y sabiendo que la política la realizan seres humanos es necesario precisar cifras respecto a la población cristiana en Chile según el censo del año 2002 que son las más precisas que encontré.
Estas cifras al año 2017 se han modificado, la crisis de la iglesia católica ha provocado un descenso en sus feligreses hasta llegar al 59%, pero los evangélicos han aumentado a un 17% llegando a los 2 millones de personas en Chile. Destaco en el recuadro a los protestaste porque son el grupo religioso políticamente más activos en Chile y América Latina, teniendo escaños en las cámaras de todo el continente y en Chile ya cuentan con tres diputados, en lo que se ha denominado “la bancada evangélica” Francesca Muñoz, Leónidas Romero y Eduardo Durán, este último hijo del obispo evangélico. Es un número de feligreses más que importante para nuestro país, considerando que en Chile ni de cerca ningún partido o movimiento político-social tiene esta cantidad de militantes, lo que termina transformando a los evangélicos en una masa relevante para cualquier grupo que se plantee llegar al poder.
Es obligación para todos los revolucionarios y revolucionarias de América Latina buscar la convergencia entre las ideas socialistas y cristianas, teniendo en consideración también las cientos de religiones de toda índole que conviven aquí. El buen vivir, el amor al prójimo de cristo, el revolucionario guiado por grandes sentimientos de amor del Che deben ser parte de un mismo proyecto revolucionario. Debemos disputar las ideas, el sentido común del cristianismo, ligarlo indisolublemente con el eco socialismo y el feminismo, comenzar a despatriarcalizar las instituciones eclesiásticas.
El neo-fascismo ha organizado marchas en conjunto con sectores de la iglesia, en la denominada “marcha por Jesús” una marcha a toda vista netamente política, aún estamos a tiempo de poder dar la batalla ideológica y ganar, si en cambio preferimos seguir dormidos en este punto el fascismo tendrá un gran aliado y nosotros y nuevo gran enemigo.
Donde los evangélicos se han dedicado a construir tejido social la izquierda se ha dedicado a criticar y hacer política desde lo mediático.
Este acotado resumen pretende mostrar que las iglesias y el cristianismo fueron, son y serán espacios políticamente en disputas y por lo tanto fundamentales para las luchas sociales y la revolución.
Ente este escenario cabe realizar dos preguntas:
¿Es un deber moral e histórico de la izquierda rebelde acercarse al mundo cristiano en sus diferentes expresiones? ¿Debe la izquierda disputar el sentido común del cristianismo?
Mi respuesta es sin vacilaciones y titubeos. La izquierda debe no solo acercarse al mundo cristiano, si no que dar la batalla de la ideas en el terreno del catolicismo y del protestantismo. Socialismo y cristianismo en ningún caso son antónimos. El cristianismo es contrario al fascismo pero nuestro letargo en esta discusión ha hecho que el neo-fascismo se apodere de este.
La revolución socialista abarca todas las esferas de la vida, la religión debe ser una de ellas, sobre todo en nuestro continente profundamente religioso.
La historia nos está pasando por encima, la realidad es que los evangélicos se han transformado en un factor político relevante y la izquierda rebelde lo único que ha hecho es caricaturizarla y atacarla desde las vísceras, generando un potencial enemigo.
Es urgente comenzar a dar el debate.