Convergencia 2 de Abril ante el resultado electoral

La Convergencia 2 de Abril ante el resultado electoral señala lo siguiente:

1. “Las elecciones no resuelven los problemas de las clases; sólo los plantean”, decía en sus análisis de coyunturas electorales un importante dirigente revolucionario chileno.

Desde la “Transición” que las elecciones no eran más que un accidente político de la democracia protegida, alternando en el poder estatal dos bloques partidarios, cuyos programas son reflejo del fundamentalismo de mercado.

No obstante, concordamos que en esta pasada no da lo mismo quien gobierne, ya que el triunfo de Sebastián Piñera significa la aplicación violenta y a ultranza de la receta neoliberal, ya no escudado solamente en la fachada ambigua “con rostro humano” del modelo, tan bien instaurado por la Nueva Mayoría . Este nuevo ímpetu se traducirá en un intenso despliegue político para precarizar el trabajo, restringir derechos sociales y agudizar la violencia ejercida contra las mujeres y la disidencia sexual, así como una importante alza de la represión y violencia política hacia las comunidades en lucha de los pueblos chileno y mapuche, vinculando sectores reaccionarios y conservadores bajo el paraguas del restablecimiento de una antigua moral cristiana, racista y patriarcal.

Sería un despropósito entonces, aludir a que la derrota de la remozada Concertación es mera responsabilidad de la abstención o culpa de la ignorancia brutal de los sectores populares de Chile, como se ha vociferado con bastante soberbia estos días. El asunto principal, sostenemos, es que en esta elección triunfó el modelo, su reproducción social, convocando al sujeto neoliberal construido durante largos años por la batería de herramientas del capital, sin contrapeso real desde una alternativa de izquierda. Esto explica también el por qué hoy la izquierda no es alternativa y plantea, por tanto, varios grandes desafíos en el camino de lograr construir una propuesta que dispute efectivamente a las lógicas del capital.

Hoy por hoy, la izquierda en su amplio espectro, desde su vertiente más progresista hasta la radical de cualquier cuño, nos demostramos incapaces de constituir alternativa popular viable para la mayoría del Pueblo chileno. Nuestra tarea fundamental es construir las herramientas y las condiciones que hagan posible aquello, en el plano orgánico, programático, comunicacional, ideológico, inclusive cultural.

El Pueblo no padece de estupidez crónica, ni el engaño ideológico de los vaticanos del mercado es indestructible: tenemos la titánica tarea de convocar y organizar hasta poder ser hegemónicos, de educarnos con las mayorías al calor de las luchas sociales, de plantear y posicionar los problemas sociales que no han sido considerados, y de seguir evidenciando aquellas contradicciones que la gente ya percibe día a día.

2. El triunfo de la derecha, es producto también de una tendencia del imperialismo norteamericano y transnacional de profundizar la penetración en Nuestra América, con el objetivo de robustecer sus procesos de acumulación a nivel mundial. El fraude electoral en Honduras contra Nasralla y las personas que votaron por la salida del gobierno lacayo de los EE.UU; la violencia inusitada de Macri por el ajuste contra pensionadas/os y trabajadoras/es, y la guerra económica con la táctica de desestabilización contra el proceso bolivariano del pueblo de Venezuela, son botones de muestra de aquello. El agotamiento del proyecto socialdemocrata a nivel mundial y la debacle del ciclo progresista en América Latina, situado en un área gris entre afirmación y agotamiento, confirman esta tendencia general.

Sin embargo, para la social democracia chilena está en ciernes la posibilidad de que la coalición frenteamplista acceda a ser gobierno en un período subsiguiente, lo que sucederá sólo en cuanto la movilización social logre detonar sus lineamientos políticos más radicales y avanzados contra este nuevo gobierno del empresariado rancio y reaccionario nacional.

3. Este resultado electoral no debe llamarnos a la confusión, ni en las ideas ni en los métodos. Y ante la alta probabilidad de que el conglomerado Fuerza de Mayoría, principalmentes los Partidos Comunista y Socialista, se presenten ante las personas o los movimientos de masas más activos como alternativa opositora, las organizaciones deben ser enfáticas en revelar el fraude que implican para las mayorías sociales del país e impedir su legitimación denunciando su accionar en cada espacio social en que les encontremos, y señalando en cada momento y lugar lo que son: un obstáculo para el avance de nuestras demandas y consolidación de un proyecto de sociedad verdaderamente justo, digno y democrático.

4. En ese sentido, durante el transcurso de este nuevo gobierno, los esfuerzos de nuestra organización política estarán plenamente dedicados a impulsar las reivindicaciones del pueblo trabajador. Estar fuera de las estructuras del Estado capitalista no implica necesariamente marginalidad. Hoy nuestra principal preocupación debe ser presentarnos como alternativa para el Pueblo, lo que nos exige hacerle sentido, encontrarnos en el trabajo y avanzar en la construcción de aquellas claridades que nos permitan direccionar nuestra acción política en esos términos.

Una de las principales tareas es apoyar y empujar la construcción de franjas organizadas y plataformas organizadas del campo popular, en el movimiento estudiantil, en la lucha por la previsión social, en el mundo del trabajo, en los conflictos socioambientales y en la lucha feminista. Será desde allí que desplegaremos la potencia revolucionaria del Pueblo, que en movimiento, en tanto sujeto/a creador/a y transformador/a de la realidad, afrontará el desprecio y odio que sienten por las comunidades de Chile, Wallmapu y Latinoamérica toda, la derecha fanática y el capital, hoy representadas por el especulador financiero Sebastián Piñera.

Ni un centímetro para sus ideas, sus proyectos de ley y su violencia virulenta.

5. Queremos remarcar la importancia de que la incipiente construcción de movimiento popular en Chile cuente con un diseño político y lineamientos claros, en aras de dotarlo de una estrategia que plantee el problema del poder sobre la mesa, tanto para la izquierda rebelde y de horizonte socialista como para el mundo popular organizado. Una estrategia que llegue y haga sentido a todos esos brazos y manos honestas que piensan y ponen en práctica nuevas formas de hacer política y de relacionarse con el campo popular en el continente nuestroamericano.

Se trata en el fondo de no seguir contando derrotas, ni de disfrazar como táctica las victorias del mal menor para los pueblos. Hay que construir movimiento político y social que conquiste triunfos para las comunidades y personas explotadas y oprimidas por el imperialismo, por los grupos económicos, sus partidos lacayos, el Estado y el capitalismo patriarcal.

6. Nuestro lineamiento por tanto es claro: apostar hacia la construcción de Socialismo. Para ello, es necesario avanzar en tres tareas fundamentales:

a) Continuar en la construcción de los pies del Pueblo.

No hay atajos para que sea nuestra clase la que forje su destino hacia la emancipación. No sólo basta asediar popularmente al gobierno de Chile Vamos, sino también a los propietarios del capital que representan. Para apostar a un salto cualitativo en las capacidades políticas de las organizaciones del incipiente movimiento popular, es necesario fortalecer el trabajo organizado de la clase trabajadora y desplegar una perspectiva clasista en el quehacer cotidiano. Excluyéndonos de esos espacios y debates, nuestra política no tiene sustento real. Sin una perspectiva popular y feminista, nuestro trabajo no será revolucionario.

b) La construcción de movimiento popular.

Esto implica un conjunto de tareas tácticas diferenciadas de acuerdo al proceso desigual y combinado de recomposición que han vivido las distintas franjas de nuestro pueblo. Dichas tareas pasan por un doble nivel: i) partir de la conflictividad concreta que se vive en los espacios naturales del pueblo, y desde allí avanzar a procesos de lucha que puedan generar organización independiente de intereses netamente partidarios o institucionales en dichos espacios; y, ii) en un segundo nivel, allí donde ya haya organización popular independiente , debemos potenciar y apostar a la convergencia de dichos espacios de organización a partir de la unidad programática, elemento necesario y determinante para el futuro del movimiento popular. En otras palabras, la tarea es fortalecer y ampliar políticamente la tendencia independiente en el seno del pueblo. Todas estas tareas expresan la necesidad de una política activa de inserción de masas.

c) La construcción de alternativa revolucionaria, anticapitalista y antipatriarcal.

Hay que trabajar junto al Pueblo, y no sólo en sus sectores de más avanzada, una alternativa de conducción política concreta, viable y legítima. Debemos potenciar la construcción de organización política, fortalecer los aspectos orgánicos, de infraestructura, inserción y despliegue. Constituirnos como alternativa implica impulsar procesos de unidad en la izquierda, de carácter programático y táctico en un primer momento; construir referencias públicas y comunicacionales conjuntas, no solo de carácter orgánico, sino populares y masivas; desarrollar un horizonte político claro y una capacidad de convocar en la búsqueda y construcción de los pasos que damos.

7. Queremos finalizar haciendo un doble llamado, que es en realidad uno solo , para que se escuche fuerte y claro, con modestia, autocrítica y en perspectiva de cambio radical, tanto para la militancia de izquierda anticapitalista, como para las trabajadoras y trabajadores, para nuestro pueblo y para quienes reivindican sus identidades, afinidades, afectos o actividad política con las mayorías populares.

A seguir construyendo organizaciones sólidas por la base, organización independiente y plataformas de derechos sociales bajo una perspectiva clasista, de autonomía y confrontación al capital, a los partidos del orden y a cualquier forma de hacer política que restrinja o suplante a la clase; a fortalecer plataformas sectoriales amplias y movilizadas por grupos importantes de la población, con programa mínimo y métodos diversificados de lucha.

De la unidad en la lucha y la necesidad de multiplicar fuerza social para avanzar, debemos andar junto a las y los ausentes políticos en esta escena. La clase trabajadora, el movimiento popular, serán protagonistas de la auténtica victoria por condiciones de vida digna para todas y todos.

¡Ni un respiro para la derecha: firmes a reavivar la fuerza del movimiento social!

19 de diciembre del 2017

Autor entrada: Convergencia Medios