VENEZUELA: EL PLAN GOLPISTA SIGUE SU CURSO
Este 16 de julio, se llevó a cabo el Plebiscito que convocó la oposición venezolana, organizada en la Mesa de la Unidad Democrática (MUD). En el mentado plebiscito, la oposición llamó a votar: i) Si se rechaza la Asamblea Constituyente convocada por Maduro; ii) Si se demanda a las FFAA la defensa de la Constitución y el respaldo a la Asamblea Nacional; iii) Si se aprueba la renovación de poderes públicos, realización de elecciones y conformación de un nuevo gobierno. Dado que este plebiscito no contó con el respaldo del Poder Electoral, la única información sobre sus resultados es la que han entregado sus propios organizadores, que señalan que habrían participado algo así como 7,2 millones de venezolanos quienes se habrían expresado mayoritariamente rechazando la iniciativa del gobierno. De parte de las fuerzas populares y de izquierda venezolana, han salido a señalar que en los hechos, la derecha no logró movilizar una mayoría ni desbordar las calles con esta maniobra.
Pero no debemos perdernos. El Plan Golpista sigue su curso, y el plebiscito es una más de las maniobras de este plan, que ahora busca sentar las bases para lo que se ha venido dibujando como «hora cero», que implicaría desde el 17 de julio una intensificación de las protestas, un eventual llamado a huelga general, frenar a través de todos los medios la Asamblea Constituyente convocada por Maduro para el 30 de julio y precipitar elecciones generales – que es por lo que ha venido apostando la oposición – en medio de más asesinatos, quebrar una parte de las FFAA para que apoyen los planes golpistas, o en último término ir creando las condiciones que justifiquen una intervención extranjera.
La Asamblea Constituyente no es el espacio más cómodo para la oposición, pues supondría una unidad de las fuerzas sociales y políticas en torno a un proyecto que no existe, por lo que más bien la ANC tendería a fragmentar las fuerzas, entre lo que algunos han llamado «fascistas» y «descontentos». Esta oposición interna está comandada por parte de la burguesía venezolana y las clases medias, sectores que han sido desplazados del control del aparato del Estado, pero que no cuentan con un proyecto consistente que «ofrecerle» al pueblo venezolano. Por lo anterior, tampoco han sido capaces de ganar a vastos sectores del campo popular, y aún tampoco logran quebrar a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, a pesar de las operaciones sediciosas.
Los medios internacionales y los gobiernos títeres de la región, se han transformado en cajas de resonancia de las campañas golpistas, y el plebiscito ha sido presentado como una expresión de los demócratas en contra del «dictador», y el día de hoy se encargaron de hacer parecer el plebiscito como parte de una fiesta popular que clama por derrocar a Maduro. Ni el arresto domiciliario de Leopoldo López ha servido para apaciguar los ánimos, y todo sigue su curso.
Frente a la oposición golpista financiada y apoyada por las clases dominantes internacionales, confiamos en que sólo el pueblo venezolano podrá defender su soberanía, impulsar el desarrollo de los órganos de defensa y poder propio, y llevar su proceso hasta el final. Desde la Izquierda, en todo el Continente debemos declarar nuestro apoyo irrestricto a este proceso. No es tiempo para vacilaciones.
HUELGA DE HAMBRE DE RICHARD BOBADILLA: LA INDIFERENCIA DEL GOBIERNO ANTE LA VIDA DE UN TRABAJADOR
Richard cumplió 80 días en huelga de hambre este domingo. Desde Arica, donde vive su familia, viajó a Santiago para exigir a las autoridades que lo reintegraran en su trabajo, como camionero de la Minera Radomiro Tomic, explotada por CODELCO.
Este trabajador fue despedido injustamente, luego de un acoso laboral intenso producto de haberse presentado como candidato a dirigente sindical. A pesar de las promesas de la Federación de Trabajadores del Cobre, quienes le indicaron que revisarían su caso, cuando llega a Santiago el 26 de abril para iniciar la huelga de hambre, estos le cierran las puertas. Esta falta de solidaridad de clase fue compensada por vecinas y vecinos del sector y por otras organizaciones sindicales, como Los Cabreados de la ANEF, el Comité de Iniciativa por la Unidad Sindical y organizaciones sindicales que participan en No+AFP quienes han apoyado las demandas del trabajador para que sea reintegrado a su lugar de trabajo.
La Presidenta Michelle Bachelet, el Ministerio del Trabajo y los directores de CODELCO se han mostrado indolentes con las demandas del trabajador, quien no busca indemnizaciones ni dinero, sólo ejercer su derecho al trabajo y que se repare una situación injusta en su contra. La posible muerte de un trabajador está en sus manos. Toda nuestra solidaridad con el compañero Richard Bobadilla y su demanda justa por no ser discriminado ni acosado laboralmente y poder reintegrarse en sus funciones.
¿FIN AL CRÉDITO CON AVAL DEL ESTADO?
Hace unas semanas, la “bancada estudiantil” de la Cámara de Diputados celebraba por redes sociales la aprobación de su indicación por la Comisión de Educación en el proyecto de Reforma a la Educación Superior, en la cual se establecía la eliminación del Crédito con Aval del Estado (CAE), el cual tiene endeudadas a miles de familias que lo han utilizado para acceder a la educación superior.
Sin embargo, la celebración no duró mucho. Esta semana, en la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados se modificó dicha disposición estableciendo que se eliminaría el CAE, pero el año 2019 y siempre cuando se estableciera otro sistema de crédito que lo reemplace. Esta votación fue aprobada unánimemente, tanto por Diputados de la Nueva Mayoría como de Chile Vamos, que al parecer fueron asesorados por los guionistas de 31 minutos: “lo que pasa es que se acabó el CAE, pero comenzará otro crédito exactamente igual, por eso no se notó”.
A pesar de contar con los votos suficientes, tanto en la Cámara de Diputados como en el Senado, la Nueva Mayoría no tiene intenciones de realizar reformas sustantivas y sus divisiones interiores no son más que discursivas. Mientras algunos defienden el legado de la Concertación y sus medidas neoliberales; otros defienden reformas que dicen cambiar estructuralmente el sistema neoliberal, pero que en realidad no resultan más que una declaración de voluntades falsas, que dejan todo absolutamente igual: una educación que sigue permitiendo el lucro y el enriquecimiento de los empresarios de la educación, mientras que las familias se ven obligadas a endeudarse y ni siquiera acceden a una educación de buena calidad.